El mar Cantábrico descargó ayer sin piedad toda su braveza contra la costa. En San Sebastián, las olas empujadas por el viento sur chocaron con toda su fuerza contra El Peine del Viento de Chillida y se esparcieron a través de los orificios de la plaza diseñada por el arquitecto Luis Peña Ganchegui. El arte y la naturaleza se fundieron así creando estampas de una belleza inigualable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de diciembre de 2005