La tradicional Fira de Santa Llúcia ya ha desperdigado sus puestos por las calles que rodean la catedral de Barcelona. Numeroso público aprovechó el fin de semana para empezar a proveerse de adobe, figuras y atuendos navideños. Son 357 puestos que permancerán abiertos desde las diez de la mañana a las diez de la noche cada día. Los más fieles a la feria se encontrarán este año que, con motivo de las obras de restauración que se llevan a cabo en la catedral de Barcelona, algunos tenderetes han cambiado su lugar habitual. El cambio afecta a un total de 29 que venden artículos relacionados con el pesebre y que otros años se situaban en la zona más cercana a la catedral. Los de artesanía, en cambio, siguen en las calles de los Comtes, de la Pietat y de Santa Llúcia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de diciembre de 2005