Voy en el autobús, salida de Madrid hacia Colmenar Viejo; ahora que ya ha llovido un poco, el campo está precioso a pesar de estar en invierno y de las fuertes heladas; la sierra está espléndida, es igual un día luminoso que un día nublado, desde el Ocejón hasta Siete Picos... Sin embargo, el ladrillo avanza de manera inexorable.
Los ayuntamientos deben de estar haciéndose de oro a base de recalificar terrenos; está pasando en todos los pueblos de la sierra y no sólo aquí; es general, a tenor de las noticias de todos los días en los periódicos, sólo lo visto y oído en estos últimos días, pero viene de lejos; todo esto nos lo venden como mejor calidad de vida pero, profundizando un poco, ¿es calidad de vida más coches, más carreteras, más contaminación, más atascos? En una palabra, más agresión al medio natural.
Dentro de poco tendremos los espacios naturales rodeados de infraestructuras que terminen degradándolos irreparablemente: ¿es esto lo que queremos?, ¿es esto progreso?, ¿es desarrollo sostenible? Esta carta es un SOS, pero se llevan lanzando SOS tanto tiempo... A pesar de las denuncias, la especulación sigue, si cabe, más boyante que nunca, ¿qué tenemos que hacer los ciudadanos? A veces me parece, siento, que estamos "anestesiados", hay cosas que nos indignan, pero ¿qué hacemos?, ¿esperar a las próximas elecciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de diciembre de 2005