El rechazo casi unánime a la propuesta de presupuestos presentada por Reino Unido para el periodo 2007-2013 ha agravado la crisis en el seno de la Unión Europea y augura una difícil cumbre para la próxima semana. Las críticas al proyecto británico, que recorta el gasto en casi 25.000 millones de euros con respecto al proyecto anterior, subrayan la falta de solidaridad que supone concentrar los recortes en los miembros más pobres de la Unión. Si los planes de Londres prosperaran, España perdería unos 1.000 millones. El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, dejó claro que, si España no consigue los resultados esperados, vetará la propuesta.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de diciembre de 2005