El alumnado de José Gutiérrez Maldonado (Torelló, 1963), psicólogo clínico y profesor universitario, suele sorprenderse cuando el docente explica las aplicaciones de la realidad virtual en el campo de la psicología. Sin embargo, argumenta Gutiérrez, la psicología siempre ha tenido una relación muy estrecha con la tecnología: "Skinner decía que es tan importante para un psicólogo conocer las teorías sobre la conducta como saber manejar un destornillador".
En el siglo XX, los investigadores de la psicología del aprendizaje construían por sí mismos muchos de los aparatos que utilizaban (laberintos, cajas de Skinner, etcétera) y hoy "el equivalente serían los programas informáticos que muchos psicólogos desarrollan de manera casi artesanal para su trabajo".
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¿Llegarán algún día las máquinas a interpretar los sueños? De momento, la realidad virtual se ha aplicado con éxito (entre el 85% y el 90%) al tratamiento de las fobias. Centenares de personas han solucionado de este modo su miedo a volar, a conducir o a superar el miedo a las arañas.
Técnica económica
"Esta técnica es más económica que los tratamientos tradicionales, y se pueden manipular los parámetros de cada situación. El paciente se puede encontrar en un vuelo que pasa de ser plácido a tener fuertes turbulencias". La realidad virtual se ha mostrado también eficaz para la fobia a las alturas y a los espacios cerrados. Otra ventaja de la técnica es que al principio los pacientes no sienten deseos de huir porque saben que no están realmente en la situación que tanto temen. Progresivamente, gracias al equipo que se utiliza (cascos, guantes, rastreadores de posición electromagnéticos, etcétera) las personas suelen vivir la experiencia como si fuera real.
En España se desarrollan programas para el tratamiento de los trastornos alimentarios, el juego patológico y las adicciones. Otra área de aplicación es la evaluación psicológica como, por ejemplo, del trastorno por déficit de atención con hiperactividad en niños o de las alteraciones en personas con anorexia o bulimia. Gutiérrez opina que el desarrollo de la inteligencia artificial "puede hacer que en el futuro llegue a ser difícil discriminar si se está interactuando con una persona o con una máquina".
GUTIÉRREZ: www.ub.es/personal/jgutierrez/jgutierrez.htm
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de diciembre de 2005