29 de Noviembre de 2005. Estación de Atocha. El tren 17101 sufre una incidencia ("enganchón") en los cambios de salida de la estación citada a las 6.00. Desde ese momento, hasta las doce del mediodía, aproximadamente, la circulación de todos los trenes de cercanías del ámbito de Chamartín se ve afectada por completo...
La megafonía anuncia el preceptivo mensaje informando a los viajeros del motivo de los retrasos, pero aquéllos, en general escamados y bien adoctrinados por los acontecimientos de los últimos días, saben de sobra quiénes de veras tienen la culpa. Insultos, descalificaciones, infamias, gestos obscenos, malos modos... se cuentan entre las respuestas más comunes.
Lamento mucho las consecuencias de nuestras acciones más recientes. El tren y sus ocupantes son nuestro modo de vida y, por tanto, también, nuestra herramienta de presión y de trabajo. Cierto es que, dada la situación laboral reinante, somos un grupo "privilegiado", pero también es verdad que las cifras que su periódico maneja (sueldo, jornadas...), y que destilan un cierto tufillo sesgado y demagógico, no responden rigurosamente a la realidad de los hechos. Valoro muy positivamente lo que tengo, trato de no perjudicar a nadie y no crean, por lo demás, que aquí "es oro todo lo que reluce".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de diciembre de 2005