En uno de los artículos que el infalible José María Aznar publicó en el diario La Nueva Rioja (el 30 de septiembre de 1979) afirmaba, con la rotundidad que le caracteriza: "Que nuestra democracia tiene graves defectos y fallos es un hecho evidente: unos sancionados por una Constitución demasiado ambigua y otros por reiteradas prácticas viciosas de lo que, al modo occidental, se entiende por política democrática".
¿Está hablando de la misma Constitución que el otro día loó ante 47.000 de los suyos, o es que la han cambiado sin que nos demos cuenta y ya no es "demasiado ambigua", sino un texto sagrado que tan sólo los suyos pueden interpretar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de diciembre de 2005