La agente secreta más conocida de la CIA ha dejado la organización. Valerie Plame, identificada como tal en informaciones periodísticas filtradas para desacreditar a su marido -que descartó en un informe oficial la existencia de pruebas de que Irak hubiera comprado material nuclear en Níger- pasó ayer su último día en la agencia. La filtración de la identidad de la espía es investigada por un fiscal especial, que ha acusado a Lewis Libby, ex jefe de gabinete del vicepresidente Cheney, de obstrucción a la justicia y perjurio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de diciembre de 2005