Pequeños episodios sin palabras, alternados con música y coreografías de marionetas, en torno a los grandes sentimientos forman en su conjunto Paella, el espectáculo con el que ayer abrió la edición número 23 del Festival Internacional de Títeres de Cádiz, que reunirá esta semana a 11 compañías y 30 espectáculos diferentes de España e Iberoamérica. "Es una gran oportunidad para reunirnos y ver lo que hacen los compañeros", aseguró ayer el director escénico de Paella, Manuel Román.
El certamen se extenderá hasta el 18 de diciembre en la sala Central Lechera como principal sede, aunque uno de los espectáculos más atractivos se podrá ver en el Baluarte de la Candelaria. Se trata de Los Grumilds, la única obra programada exclusivamente para adultos, con formato de exposición, que se adentra en un edificio, en cuyo bajo está el Bar Cairo y en cuyos pisos superiores se ha habilitado un burdel. Procede de Perú, aunque la mayor parte de los títeres que llegarán a Cádiz son españoles.
Entre las compañías nacionales está Román y Cía, que ayer escenificó su particular Paella. Para su director, la oportunidad que brindan festivales como el gaditano ayuda a estas compañías a darse a conocer y divulgar su trabajo. Con todo, lamentó que los espectáculos sigan promocionándose como infantiles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de diciembre de 2005