El primer ministro portugués, José Sócrates, presentó ayer en Lisboa el nuevo proyecto nacional de Tren de Alta Velocidad (TGV) como un "plan estratégico" que ayudará a que el país sea menos "periférico" y "no se resigne al atraso". Las dos primeras líneas en entrar en funcionamiento serán la Lisboa-Madrid (en 2013) y la Lisboa-Oporto (2015). Las obras costarán 7.700 millones de euros, que financiará en un 40% el Estado, y generarán, según el Gobierno, 100.000 puestos de trabajo en su año más activo (2011).
Para Sócrates, el TGV es un ejemplo de "desarrollo estratégico que modificará la competitividad y el perfil económico de Portugal y permitirá un mayor equilibrio de fuerzas del espacio ibérico europeo".
El viaje entre las dos capitales europeas se hará en 2,45 horas y costará en torno a 100 euros: el traslado entre Lisboa y Oporto, por 40 euros, tardará entre 75 y 87 minutos. La línea Lisboa-Madrid será la primera en echar a andar: se empezará a construir en 2008, estará concluida en 2013 y entrará en funcionamiento ese mismo año, dos antes que la Lisboa-Oporto.
Las cuentas del Gobierno luso calculan 33 circulaciones diarias, por sentido, entre Lisboa y Oporto, mientras que en la línea Lisboa-Madrid se harán hasta 14 viajes diarios, algunos directos y otros con paradas en Évora, Elvas/Badajoz, Mérida, Cáceres y Talavera de la Reina. Finalmente, la línea Portugal-España será mixta, de pasajeros y mercancías, como había solicitado España, lo que le supone a Portugal un sobrecosto de entre 72 y 360 millones de euros.
Según el Gobierno, el enlace entre Lisboa y la frontera de Elvas/Badajoz costará 3.000 millones de euros (incluidos los 600 del nuevo puente sobre el Tajo), en tanto la línea que unirá la capital lusa y Oporto necesitará de una inversión de 4.700 millones. El ministro de Obras Públicas y Transportes, Mário Lino, dijo que el Estado cubrirá cerca del 40% del presupuesto y la UE un 22%.
Las otras tres conexiones firmadas con España -Oporto-Vigo, Aveiro-Salamanca y Faro-Huelva- serán aplazadas: "Cumplir los plazos en esas fechas no es ni asumible ni adecuado a las prioridades del país", dijo Lino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de diciembre de 2005