La expulsión de la Comunidad de Madrid del cómputo nacional de la lista de espera quirúrgica, decidida por el Ministerio de Sanidad en el Consejo Interterritorial -órgano donde el Gobierno central y las comunidades ponen en común sus políticas- celebrado el pasado miércoles, es un "acontecimiento extraordinariamente grave, bochornoso y vergonzoso para todos los madrileños". Lo dijo ayer el portavoz del PSOE en la Asamblea, Rafael Simancas, antes de exigir la destitución del consejero de Sanidad, Manuel Lamela, por su "responsabilidad en esta barbaridad".
Simancas también sugirió que la presidenta regional, Esperanza Aguirre, debería dimitir -como prometió en las pasadas elecciones si no reducía la espera quirúrgica a 30 días-. "Debe asumir su responsabilidad y admitir el incumplimiento de su promesa y el engaño al que ha intentado someter a los madrileños", concluyó. El ministerio ha excluido a Madrid del cómputo nacional por considerar que ha modificado unilateralmente los criterios de elaboración de las listas de espera para que las cifras le sean favorables.
Por su parte, el vicepresidente regional, Ignacio González, arremetió contra el Gobierno central y, sobre todo, contra la ministra de Sanidad, Elena Salgado, por haber expulsado a la Comunidad de ese cómputo. "No nos han echado de nada", afirmó González en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. "Esto no es más que un ejercicio de discriminación política", agregó.
González lamentó que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero utilice el Ministerio de Sanidad "para atacar a la Comunidad de Madrid por el hecho de haber conseguido una mejora de la sanidad".
El portavoz de IU, Fernando Marín, consideró "lógica" la decisión del ministerio, y añadió que Aguirre "se está volviendo separatista, porque cada vez tiene más actuaciones distintas a las que marcan las normas generales del Estado".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de diciembre de 2005