La República Centroafricana, miembro del Grupo de los Noventa (G-90), que aglutina a las ex colonias francesas, británicas y portuguesas más pobres de tres continentes, tampoco está satisfecha con el acuerdo. "Mi país es uno de los menos adelantados. Somos un pequeño productor de algodón. El texto base propuesto al principio ha sido mejorado ligeramente. No estamos totalmente satisfechos, aunque significa un paso adelante", dice Emilie Béatrice Epaye, ministra de Comercio y de Industria.
Epaye confía en que el proceso que se inició ayer redunde en mayores beneficios para los países africanos, y, sobre todo, para los productores de algodón, que han conseguido muy pocas concesiones por parte de EE UU en esta cumbre. "Pensamos que quienes van a trabajar sobre el texto van a hacerlo bastante rápido, en un sentido positivo para los intereses de los pequeños países como el mío. Se han mejorado las ayudas al comercio para los países menos adelantados. Está bien que tengamos un apoyo financiero para aumentar la producción", dice con optimismo.
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A pesar de ello, Epaye insiste en la clave para el crecimiento económico de un país como el suyo: "EE UU debe poner fin a los subsidios, y la UE eliminar las subvenciones, para que el comercio mundial sea más equitativo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de diciembre de 2005