El inicio de las obras de la futura estación de mercancías del puerto de Barcelona, que se ubicará en el antiguo cauce del río Llobregat, lleva un año y medio de retraso. Lo recordó ayer el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, que acordó con la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y la Autoridad Portuaria de Barcelona actuaciones para remediar esta paralización.
Una denuncia de colectivos ecologistas obligó al Ministerio de Fomento a frenar el plan de accesos al puerto, que incluía la construcción de la terminal ferroviaria de carga. Después de desviarse el río Llobregat hacia su nuevo cauce, en el antiguo se formaron unos humedales que, según los denunciantes, tenían un alto valor ecológico.
Antes de empezar las obras, será necesario rellenar con una capa de tierra el antiguo cauce del río para aislarlo. Así lo acordaron ayer la Generalitat, el Ministerio de Medio Ambiente y la Autoridad Portuaria de Barcelona. También decidieron trasladar los peces que ahora viven en los humedales y construir, en el espacio del antiguo cauce que quede libre de vías, un parque urbano de más siete hectáreas. Se estima que la nueva estación permitiría que por Barcelona y su cinturón circulasen 25.000 camiones menos.
Milà y Narbona también firmaron ayer un protocolo de colaboración entre la Generalitat y el Estado para elaborar el Plan Integral de Protección del Delta del Ebro. Este plan definirá, entre otros aspectos, el régimen hidráulico del Ebro, cómo mejorar la calidad del agua o los pasos a seguir para evitar la regresión del delta
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de diciembre de 2005