El consejo de Gobierno de la Junta aprobó ayer el Plan Integral para el Polígono Sur de Sevilla, que contempla casi medio millar de actuaciones que se empezarán a aplicar en enero. El documento concreta las medidas en materia de urbanismo, seguridad, empleo, salud, educación y familia que pondrán en marcha el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta y el Gobierno central en el barrio más desfavorecido de Sevilla, en el que viven 40.000 personas y donde han fracasado los cinco planes puestos en marcha por las administraciones entre 1988 y 2003. El programa está presupuestado para ocho años.
Según la consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, el principal aval del nuevo plan frente a los que han fracasado en las últimas décadas es que el que ayer se aprobó está hecho "por los vecinos y para los vecinos" tras dos años de trabajo con más de 4.000 residentes del barrio. El comisionado para el Polígono Sur, Jesús Maeztu, encargado de coordinar los trabajos, explicó que el programa está presupuestado para ocho años, aunque no se ha cifrado el coste total. El comisionado tiene ya "concretadas y negociadas" con las cuatro administraciones las partidas necesarias para el periodo 2006-2008, mientras que para las actuaciones que se pondrán en marcha entre 2009 y 2013 sólo "se hace una estimación" que se concretará según los resultados de los primeros años.
Las administraciones participarán en su financiación aunque la Junta, según Maeztu, será la encargada de sufragar entre "el 80 y el 85%" del programa, ya que es la que cuenta con la mayoría de las competencias en materia de educación, empleo, salud y bienestar social. No obstante, muchos de los programas contarán también con el apoyo económico y técnico del Ayuntamiento y la Diputación, mientras que la aportación del Estado se concretará, sobre todo, en materia de seguridad, la construcción de una comisaría y el soterramiento de la vía férrea que corta en dos el barrio.
La consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, quien compareció con Maeztu después de una reunión a la que también asistieron el presidente de la Junta y seis consejeros, insistió en que los resultados y las necesidades del plan irán "marcando el presupuesto". "No es una cuestión de dinero, sino de compromiso", señaló Naranjo. Para que la inversión no caiga en saco roto, según Maeztu, la financiación debe ser flexible y continua.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de diciembre de 2005