Los lectores de este periódico ya conocen por las informaciones que casi a diario se publican en él, lo que el alcalde de Alboraia pretende: Destruir el patrimonio de un pueblo. Los ocho ediles del PP y el de Unión Valenciana no creo se den un momento al día para reflexionar sobre su responsabilidad al permitir con sus votos que el complejo de faraón del alcalde siga creciendo al mismo ritmo que su cuenta corriente y la de sus amigos. Creen que la mayoría absoluta les legitima para hacer y deshacer a su antojo con el beneplácito de sus superiores. Ya saben lo que dice el refrán: todo palo tiene dos puntas, si ellos ganan nosotros perdemos, y perdemos mucho... Hagamos un poco de historia... Troya cayó desde dentro... quizás alguno de su ediles a fuerza de pringarse con tanta mierda enferme o decida ser fiel en primer lugar a su conciencia y en segundo a su pueblo. Me cuesta creer que en las filas de esta formación política no queden hombres honrados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de diciembre de 2005