"No se descarta ninguna hipótesis". Ésta fue una de las frases más repetidas ayer para referirse al crimen del abogado Carlos Reverter, de 43 años, que el martes murió como consecuencia de los golpes que le propinaron después de secuestrarle.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal realizaron durante la mañana la autopsia al cadáver, que presentaba múltiples contusiones y fracturas, varias de ellas provocadas por los golpes que le asestaron en la cabeza. Además, fuentes del instituto indicaron que del examen realizado sobre el cuerpo se desprende que en la paliza que recibió el abogado participaron al menos dos personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de diciembre de 2005