El vertido de benceno al río Songhua, en el noreste de China, tras la explosión de una planta química el pasado 13 de noviembre, llegó ayer a la ciudad rusa de Jabárovsk, situada más de 6.000 kilómetros al sureste de Moscú. Las autoridades rusas cortaron el suministro de agua a parte de la población. En la foto, un grupo de vecinos saca agua de un río helado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de diciembre de 2005