Una niña de tres años murió ayer en A Coruña al incendiarse el piso en el que vivía como consecuencia de un cortocircuito. La pequeña se había quedado sola en casa con su hermano mayor, de seis años, mientras su madre salía a hacer un recado. Un repartidor que pasaba por la calle oyó los gritos de los dos niños y acudió en su auxilio. El incendio se había propagado rápidamente y sólo tuvo tiempo de salvar al mayor.
Los hechos ocurrieron sobre las 17.00 en el quinto piso de un edificio de la calle José María Hernansaéz, en O Castrillón, un popular barrio de A Coruña. Después de que los niños quedasen solos en casa, se produjo un cortocircuito en la caja eléctrica de un dormitorio y las chispas prendieron fuego en un colchón, según comprobaron luego los bomberos.
Cuando se propagaron las llamas, el hermano mayor se asomó a la ventana y empezó a gritar: "¡Que nos morimos!". Varios vecinos lo oyeron, pero pensaron que los pequeños estaban jugando. Fue un repartidor que circulaba en moto por la calle el que vio al niño implorando ayuda. Él mismo llamó a los vecinos para que le abriesen el portal, subió al quinto piso, tiró abajo la puerta de la casa y salvó al hermano mayor. Cuando regresó a por la pequeña, las llamas ya no le permitieron entrar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de diciembre de 2005