Trece miembros de la Armada de Sri Lanka resultaron muertos y otros dos heridos en una emboscada tendida supuestamente por los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) contra el autobús en que desplazaban los militares por el norte de Sri Lanka. Desde el alto el fuego unilateral dictado por la guerrilla en febrero de 2002, éste es el ataque más sangriento. "Estos ataques planificados e inhumanos son un impedimento a los esfuerzos del Gobierno para alcanzar la paz", afirmó ayer el Gobierno en un comunicado de condena de la acción.
Un portavoz militar indicó que los rebeldes utilizaron una combinación de minas de fragmentación, lanzagranadas y fusiles de asalto para sorprender al convoy en el norteño distrito de Mannar. "Fue un ataque deliberado, muy bien planificado. Plantaron cuatro minas y las cuatro estallaron", subrayó el portavoz. Añadió que lanzaron cinco granadas y que en el lugar había también restos de otro tipo de municiones. Allí mismo murieron 12 marinos. De los tres heridos, uno falleció antes de ser hospitalizado. Otros 15 marineros que viajaban en el autobús resultaron ilesos. Los LTTE, que luchan por la independencia del noreste de Sri Lanka, no se atribuyeron ayer el atentado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de diciembre de 2005