La futura permuta de terrenos entre el Valencia CF y el Ayuntamiento de la ciudad me hace pensar en otras posibilidades de intercambio. Imagínense, por ejemplo, permutar su suelo agrícola (macetas) por suelo de los Viveros. Permutar todo el barrio de Orriols por el de Marxalenes. Yendo más allá, permutar nuestras vidas por la de otros/as. Las posibilidades son fascinantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de diciembre de 2005