¿Para qué necesita la ciudad de València unos Presupuestos anuales estupendos, si no es para mejorar la vida de sus habitantes? ¿Por qué ante la obligada renovación del empadronamiento de decenas de miles de personas, prevista en la normativa de extranjería, el Padrón municipal no ha dispuesto la más mínima ampliación de sus servicios, aún consciente de la extraordinaria afluencia que se preveía en sus oficinas durante dos largos meses, en los que a diario se formaron colas inhumanas? ¿Por qué, sin embargo, cuando se avecina la cosecha electoral, esas mismas oficinas permanecen abiertas mañana y tarde durante toda una semana para la revisión censal? ¿Por qué, sin embargo, el último día hábil para presentar alegaciones a los próximos Presupuestos se mantuvo abierto el Registro de Entrada hasta las 12 de la noche?
Díganos, Alcaldesa, si esta desidia municipal tiene -una vez más- algo que ver con el penoso acrónimo ENCSARP que la ley asigna a esos miles de personas (extranjeras no comunitarias sin autorización de residencia permanente).- Pasqual Requena. Valencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de diciembre de 2005