El Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, expresó ayer su satisfacción por la imposición de la pena de alejamiento al asesino de Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez. Peces-Barba fue el artífice de la medida, después de tener conocimiento de que Kandido Azpiazu, el etarra que asesinó a Ramón Baglietto, había instalado un negocio en el inmueble donde vive la viuda de su víctima.
"Desde el máximo respeto a la independencia judicial", el alto comisionado "valora de forma muy positiva la sentencia de la Audiencia Nacional, que por primera vez condena, junto a la pena principal, a la accesoria de alejamiento a un terrorista por el asesinato de Fernando Buesa y de Jorge Díez".
Peces-Barba reitera su agradecimiento al ministro de Justicia y al fiscal general del Estado por la prontitud con la que han atendido su petición, y añade: "Este tipo de sanción evitará que en un futuro se produzcan situaciones indeseables e insoportables de vecindad entre los terroristas y las víctimas, que incrementan todavía más si cabe el sufrimiento de éstas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de diciembre de 2005