Paseando por la plaza de Colón, en Madrid, escribía yo en 1985: "Fuente estatuaria, telar húmedo, cortina de hilos incesantes, pulidos, sonoros... Fuente de hielo vivo, brillante, son de espuma al caer. Severo el ruido, telar húmedo que empapa mis sentidos, cascada entre el remolino de lo civilizado".
Me uno a los que desean que no se retire esta fuente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de enero de 2006