No sabemos lo que traerá 2006, pero lo que podemos hacer es elegir la actitud con la que afrontarlo, y en vez buscar un problema a cada solución, podemos añadir a nuestras acciones una sonrisa diaria, que desestresa, contagia y es gratis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de enero de 2006