La cumbre de Montreal ha sido un nuevo paso para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera por parte de los Estados. Es muy importante esa reducción en las industrias de cada país, pero para llevar eso a cabo se tiene que invertir mucho dinero, y en algunos casos desacelerar el crecimiento económico local. Ese tipo de medidas se convierten en comprometidas para los gobiernos, es por ello que se debe considerar como una política de los Estados, y no sólo de los gobernantes en un determinado momento.
Sería necesaria una cumbre en el seno de cada uno de nuestros hogares, para ser conscientes de que algo va a cambiar y facilitar así las cosas a los gobiernos, por un lado, y para tomar medidas que ya están a nuestro alcance, por otro. Entre los gobiernos, las empresas y los ciudadanos de a pie podemos hacer mucho y muy bueno por la Tierra, concienciándonos de que existen prácticas que son muy necesarias, día a día, para que las emisiones de CO2 se reduzcan en gran medida. Podemos y debemos empezar a ser conscientes esa necesidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de enero de 2006