El Hospital de San Juan de Dios, de Almagro (Ciudad Real), convertido en un espacio de arte contemporáneo (San Agustín, 21), propone hasta el 18 de febrero un acercamiento a la obra de Marina Abramovic (Belgrado, 1946) a través de siete vídeos de sus performances, realizados entre 1977 y 2002. Compagina la docencia con sus trabajos creativos de performances, objetos, video-instalaciones y acciones, que registra "para dramatizarse en escenografías repletas de un fuerte barroquismo teatral y conceptual", según Alberto Sánchez. "El eje fundamental de su producción se halla en su propio cuerpo", señala al presentar sus trabajos desde los años setenta, que buscan establecer "un diálogo energético con los espectadores".
En la apertura de la exposición intervino la crítica de arte Rosa Olivares, editora y directora de la revista Exit, con una conferencia sobre la artista, "una mujer en acción", en la que destacó la unión que existe entre su obra artística y su evolución personal. "La artista busca los límites de la resistencia física y de la percepción, junto con la influencia de su pasado histórico", declara. Abramovic vivió durante cinco años en un coche, cuando su pareja era el artista Ulay, recorrió durante tres meses unos 2.000 kilómetros de la Muralla China y durante una larga estancia conoció los yacimientos geológicos del estado brasileño de Minas Gerais. Rosa Olivares destaca que los vídeos performativos permiten difundir la obra artística de este "personaje atractivo, una mujer nómada, sin arraigo, marcada por la historia de los países bálticos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 2006