El número de víctimas mortales de accidentes de carretera disminuyó en España durante el año recién ido en una cuantía superior al 5%, pasando de 3.511 a 3.329: 182 menos que el año anterior y 700 menos que hace dos. El balance sigue siendo de todas formas trágico: en los últimos 15 años un total de 63.570 seres humanos han perdido la vida en las carreteras españolas.
De los datos ofrecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT) y de los comentarios de su director, Pere Navarro, se deducen tres conclusiones principales: la primera es que las medidas adoptadas para concienciar a los conductores son eficaces. La combinación de educación vial y temor al castigo ha permitido reducir el número de accidentes a la cifra más baja en 30 años y el de víctimas mortales: casi 2.500 menos que en 1991, pese a que en ese periodo el número de vehículos en circulación ha aumentado en más de 10 millones. La discusión sobre si es más importante educar que reprimir es estéril: la experiencia internacional demuestra que van unidas; que el temor a las sanciones es la mejor pedagogía para interiorizar las recomendaciones de moderar la velocidad o no hablar por el móvil, por ejemplo.
La segunda conclusión es que si bien en los accidentes confluyen causas diversas, es falso que la mayoría sean fortuitas. No lo son el exceso de velocidad o las distracciones, que siguen siendo las más frecuentes. Tampoco lo es, a efectos de mortalidad, no llevar el cinturón, circunstancia que sigue presente en el 30% de los siniestros. Pere Navarro subrayó ayer el dato de que la causa del 40% de estos accidentes fue la salida de la vía, especialmente por la noche, lo que supone inexistencia de factores ajenos al conductor y remite a motivos como la velocidad, el sueño o el alcohol.
Es pronto para calibrar la incidencia que en la reducción de accidentes pueda tener la reforma de la Ley de Seguridad Vial, en vigor desde el pasado verano, que agrava las sanciones contra los comportamientos que más inciden en la siniestralidad. La principal medida, el carnet por puntos, no entra en vigor hasta el mes de julio. Su implantación ha tenido fuerte influencia en la disminución de accidentes en otros países. La esperanza de que esa combinación entre amenaza de retirada del permiso y posibilidad de rehabilitación reglada de los infractores reduzca aún más el número de víctimas es la tercera conclusión de los datos de 2005.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 2006