Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Plan Concilia

Esta semana entra en vigor el llamado "Plan Concilia", que pretende conciliar la vida laboral y la familiar. Los empleados del Estado dispondrán de una mayor flexibilidad en su horario laboral y no podrán salir más tarde de las seis de la tarde. Los padres dispondrán de 10 días por el nacimiento de un hijo y se amplía el de las madres.

Efectivamente, parece una buena noticia. Pero sólo lo parece. Muchos nos planteamos: ¿y por qué esta ley no es extensible a todos los trabajos?

Desgraciadamente hay muchas familias rotas que hubieran necesitado de más tiempo de convivencia para poder sobrellevar, juntos, las tareas de la casa. Que hubieran necesitado unas horas más para hablar, para compartir, para hacer un proyecto común. Pero la presión del ambiente; la tensión del trabajo; el llegar tarde y cansados, impedía esos diálogos necesarios y sencillos, pero imprescindibles para mantener el afecto. Su vivienda ha sido más una pensión que un hogar. Los hijos se han criado a base de canguros y televisión. Conocen todos los jugadores de su equipo de fútbol, dominan Internet y saben todo sobre sexo. Sin embargo, descubrimos niños que no han tenido lo que más anhelaban: una sonrisa serena de su madre o un rato de juegos con su padre. Para todos pedimos un horario familiar. Que respete las circunstancias personales. Que tenga en cuenta las peculiaridades. Que sea de verdad humano.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 2006