Estoy cansada, muy cansada. De interminables llamadas hablando con máquinas, de cartas a Atención al cliente, de enviar faxes, de enviar mensajes a través de página web, de mandar correos electrónicos, de perder horas y horas, de perder euros que no llevo ni la cuenta, de enfadarme con cada factura, de odiar al cartero cada mes, de gritar a personas que yo sé mal pagadas. Sólo quiero dar de baja una línea de teléfono y un servicio ADSL. No pido más. Voy a volver a fumar y no sé ni dónde. ¿Qué puedo hacer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 2006