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Un diccionario recoge el vocabulario de la Sierra de Huelva

El Grupo de Desarrollo Rural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche ha editado el Diccionario de la Sierra, una obra en la que se recogen algunas de las expresiones que se siguen escuchando en boca, sobre todo, de las personas mayores que viven en los pueblos de la comarca. El diccionario, que reúne una larga lista de palabras recopiladas por Rodolfo Recio Moya, recoge expresiones que son el resultado del legado que dejaron a su paso leoneses y gallegos durante la Repoblación, allá por el siglo XIII, y que hoy día se utilizan en el lenguaje cotidiano de los serranos.

El libro cuenta con palabras como "abarcarse", que se refiere a abrazarse a alguien con mucho afecto. Presenta asimismo palabras que son típicas de determinadas localidades, como Aroche. Es el caso de "abecerrao" (acalorado). Los creadores del diccionario han recogido expresiones que han sobrevivido desde que hace ocho siglos la sierra fuese repoblada por leoneses y gallegos. A partir del último tercio del siglo XIII, llegaron miles de personas del antiguo Reino de León. Unos, procedentes de zonas de habla leonesa, como Santander, Asturias, León, Salamanca y el norte de Cáceres; otros, de zonas de habla gallega, llegados de una parte del Bierzo y de la provincia de Zamora. Así, hasta finales de ese siglo, se instalaron la mayoría de los galleguismos y leonesismos que aún perduran en el lenguaje de los serranos.

También se produjeron mezclas por influencias andaluzas, extremeñas y portuguesas. Con la trashumancia llegaron nuevas voces navarras, aragonesas y sorianas. Todo ello dio lugar a un subdialecto que debió hablarse en la Sierra hasta muy avanzado el siglo XIV, cuando, gradualmente, se fue castellanizando, aunque debió tener tanto arraigo que hoy día ha logrado seguir formando parte del catálogo de voces que los serranos usan en su vida cotidiana. El Diccionario de la Sierra reúne palabras que se emplean en toda la comarca y otras que se mantienen sólo en algunos municipios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de enero de 2006