Su editorial La ley más ambiciosa y el artículo del domingo pasado Lo que costará cuidar a nuestros abuelos insisten en transmitir la idea de que atender las necesidades asistenciales de mayores y discapacitados es carísimo, prácticamente un lujo que el país sólo puede permitirse estableciendo fórmulas de copago del usuario en función de su renta.
Como persona con diversidad funcional, les rogaría que reconsiderasen en qué medida están contribuyendo a alimentar la imagen de lastre social que de nuestro colectivo se tiene, en lugar de hacer pedagogía sobre la riqueza social que supone incorporar a la vida comunitaria una expresión fundamental de la diversidad humana.
Por otro lado, en política es más justo hablar de qué es prioritario que de qué es caro. Según el Libro Blanco, capítulo VIII, página 23: "El esfuerzo público que actualmente está realizando el Estado (0,3% del PIB) en la atención a las personas con dependencia es bastante inferior al que realizan actualmente otros países de nuestro entorno".
Entonces, si una vez implantado el sistema requerirá el 1% del PIB, ¿por qué es imprescindible cargar sobre nuestras maltrechas espaldas un tercio de la financiación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de enero de 2006