"¿Es involuntario matar si vas a 200 por hora?". Roguemos a la providencia que el señor Navarro no tenga potestad para modificar el Código Penal. Un atracador armado entra en un banco; torpe como es, tropieza y su arma cargada y sin seguro se dispara, matando a un honrado ciudadano que pasaba por allí. No habrá juez en el mundo que aprecie intencionalidad en el homicidio, pese a que el atracador sepa que va armado y que su arma mata. Sin embargo, el señor Navarro presupone intencionalidad asesina a quienes circulen a velocidades muy por encima del límite.
Un motorista que choque contra un guardarraíl a la muy legal velocidad de 30 kilómetros por hora puede sufrir mutilaciones graves e incluso morir. De hecho, alguno ya ha muerto en esas circunstancias. Pese a las reclamaciones de asociaciones de motoristas y compromisos ministeriales proclamados, los guardarraíles se mantienen e, incluso, se reponen siguiendo el mismo modelo que se ha demostrado letal. Si yo tuviera la desgracia de fallecer en una colisión contra uno de ellos, ¿podrá mi familia apreciar intencionalidad asesina en quienes lo han puesto y lo mantienen a sabiendas de su peligro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de enero de 2006