Quizá las rebajas se extiendan a más aspectos que a la disminución de precios de productos de consumo. A lo mejor, el monoteísmo consiste en una rebaja de dioses. Los nacionalistas pretendan una rebaja del estado del que dependen. Los PAI sean una rebaja de terrenos naturales o agrícolas. Quizá vivamos en una perpetua época de rebajas y cualquier día, sin saberlo, nos encontremos nosotros mismos como oferta, en el escaparate de unos grandes almacenes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de enero de 2006