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OPINIÓN DEL LECTOR

Una desgracia

"Fue una desgracia. El hombre estaba en el momento justo, en el lugar exacto donde no debía estar, por donde volaba una bala". Ésta es la aclaración que la policía ofrecía sobre el asesinato de un ciudadano rumano la pasada nochevieja en Madrid (EL PAÍS, 4 de enero de 2006).

Estoy convencido de que el comunicado policial sólo pretendía subrayar el carácter fortuito de este crimen. Sin embargo, su tono resulta paradigmático acerca de la peligrosa actitud de naturalidad que ante ciertos tipos de violencia se ha instalado en nuestra sociedad, llegando hasta el extremo de conculcar inconscientemente la realidad de unos sucesos que son, a todas luces, intolerables.

Así, el hecho de que uno o varios individuos celebren el año nuevo disparando sus armas al aire al más puro estilo Far West y que una de esas balas -como es de sentido común prever- acabe matando a un ciudadano es calificado como "una desgracia", del mismo modo que lo sería la caída de una teja

Pero la cosa no acaba ahí: la víctima estaba "donde no debía estar", lo que en cierto modo le convierte en culpable por asomarse a la ventana de su casa (era el peligroso lugar donde estaba la víctima) e interponerse en el trayecto del disparo con que saludaba el nuevo año un despreocupado ciudadano.

Bueno..., hay dudas de que se tratara de un disparo, ya que más adelante el comunicado policial afirma que la bala "volaba", supongo que con la gracia y naturalidad de las tiernas avecillas, y quién sabe a estas alturas del relato si de manera totalmente autónoma... Lo dicho: una desgracia. Y muy peligrosa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de enero de 2006