La feria de arte contemporáneo Arco, que se celebra en Madrid del 9 al 13 de febrero próximos, contará este año con una presencia mermada de galerías vascas. No figurará ningún representante donostiarra, ya que ni la galería Altxerri ni Dieciséis han pasado la selección del comité del evento. La representación de Euskadi se limitará así a las mismas tres galerías de Bilbao que acudieron a la feria en 2005 (Windsor Kulturgintza, Vanguardia y Colón XVI) y a otra más de Vitoria (Trayecto), además de la oferta institucional.
La Diputación de Vizcaya presentará por segundo año un pabellón promocional bajo el lema El Arte transforma la realidad, que mostrará al visitante la oferta cultural del territorio centrada en la programación del Museo de Bellas Artes, el Guggenheim, Bilbao Arte y la sala Rekalde, y las tres firmas antes citadas.
Para los dos galeristas donostiarras, no haber sido seleccionados para esta edición ha supuesto "un jarro de agua fría", como señalaba ayer a este periódico Juan Ignacio García Velilla, de Altxerri, quien recordó que llevaba 13 años yendo a Arco. Gonzalo Sánchez, de Dieciséis, habría superado las dos décadas consecutivas acudiendo a la cita.
Sánchez no cree, además, que llegue a presentar su documentación al comité seleccionador para la edición de 2007. "Voy a dejar lo de Arco un tiempo", comenta. Lo que sí hará es sumarse a la feria alternativa que se celebra en las mismas fechas y en un edificio cercano al de Arco y que es conocida como "la de los rechazados".
Altxerri se encuentra "en lista de espera" y podrá acudir si alguna otra firma se da de baja. "Lo haría sin duda, aunque es difícil que haya muchas bajas, ya que este año el certamen cumple sus 25 años de vida y es un aniversario en el que todo el mundo quiere estar", indica García Velilla.
Internacionalización
Para ambos galeristas, su rechazo responde al proceso de internacionalización de la cita, que este año contará "con un 25% menos de galerías españolas", pero también de un sistema de selección que es difícil de recurrir y que, a pesar de tener fijados unos baremos, "no es ajeno a amistades y relaciones", apunta Sánchez. Y critica: "Arco, en general, es muy opaco".
Los dos colegas valoran el papel de Arco en la medida en que el esfuerzo que hacen las galerías para estar allí "ha elevado el nivel de calidad". Pero advierten de que la internacionalización "no significa necesariamente un aumento de la calidad".
García Velilla considera que se ha cometido una injusticia con ellos, pero Sánchez se muestra más positivo: "Arco se pierde algo si me deja a mí fuera". Para ambos, el certamen, que a partir de ahora contará con una directora donostiarra, Lourdes Fernández, debería revisar su sistema de elección de participantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de enero de 2006