Alemania ayudó a Estados Unidos a elegir los objetivos de sus bombas en la guerra de Irak, según aseguran un programa de investigación de la televisión pública alemana ARD y el diario Süddeutsche Zeitung. Pese a su negativa oficial a participar en la guerra de Irak, cada vez hay más datos que confirman que el anterior Gobierno alemán practicaba un juego doble colaborando en secreto con Estados Unidos mientras en público aborrecía la guerra.
Dos agentes de los servicios secretos alemanes se quedaron en Bagdad durante la guerra y -por orden del Gobierno alemán- aportaban informaciones al servicio secreto militar estadounidense, que éste usaba para afinar mejor los objetivos de sus bombas, aseguran ambos medios. En una ocasión, afirman, los norteamericanos creían que Sadam Husein estaba en un edificio, pero para asegurarse preguntaron a los agentes alemanes. Ellos se acercaron al lugar y confirmaron que delante del edificio había varios Mercedes negros. Estados Unidos bombardeó el edificio, donde luego resultó que no se hallaba Sadam, pero sí 12 civiles que murieron en el bombardeo.
El entonces responsable de los servicios secretos era el actual ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, que negó ayer que los agentes hubiesen suministrado ese tipo de información a Estados Unidos. Políticos de todos los partidos se mostraron ayer indignados por las revelaciones y pidieron una aclaración de los hechos en el Parlamento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de enero de 2006