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Rusia se une al frente diplomático de presión a Teherán

Tras la decisión de Teherán de reanudar las investigaciones nucleares, Rusia se ha sumado a la escalada de presión diplomática, que probablemente llevará el programa nuclear iraní al Consejo de Seguridad de la ONU. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo ayer que no excluía la posibilidad de transferir el caso a este organismo, aunque señaló que "el Consejo de Seguridad no puede resolver por sí mismo el problema iraní sin el trabajo profesional del Organismo Internacional de la Energía Atómica".

Moscú, que tiene intereses y perspectivas económicas importantes en Irán, apostaba hasta ahora por solucionar el contencioso sin tener que llegar al Consejo de Seguridad. Las declaraciones de Lavrov se produjeron un día después de que éste conversara por teléfono con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice. Según fuentes diplomáticas, la funcionaria norteamericana consiguió que su colega ruso le garantizara que Moscú, como mínimo, no se opondría, si la Junta de Gobernadores del OIEA decidía transferir el tema al Consejo de Seguridad.

Apoyada por la UE, Rusia se ha ofrecido a enriquecer en sus propias instalaciones el combustible destinado a las futuras instalaciones nucleares iraníes. Esta propuesta, de cuajar, representa una gran oportunidad de prestigio y negocio para Moscú. Teherán remoloneaba, pero oficialmente no la había rechazado. Ahora, la reanudación de las investigaciones nucleares es una mala señal para los planes del Kremlin y también un desplante para la diplomacia rusa, ya que se ha producido inmediatamente después de que una delegación de este país negociara en Irán.

El martes, el ministerio de Exteriores ruso expresó una "profunda decepción" por el proceder iraní y subrayó que la decisión fue tomada después de las consultas bilaterales que se celebraron el 7 y el 8 de enero en Teherán y "durante las cuales aconsejamos insistentemente no dar este paso".

Rusia está preocupada porque Teherán ha abandonado la moratoria de su programa nuclear "sin tener respuestas para las serias preguntas de la OIEA", señaló Lavrov.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de enero de 2006