Un gigante blanco ha invadido uno de los espacios artísticos del Barrio de las Letras. Su piel es del mismo material que se usa para la vestimenta de seguridad de los trabajadores de la industria química, y su cuerpo, alimentado por aire, se mueve como si fuera humano. Su creador es Max Streicher, un artista canadiense cuya impactante obra figura en museos y colecciones de su país, así como en Tokio, Viena y Londres. Ahora las peculiares esculturas hinchables llegan a Madrid para protagonizar la muestra denominada Respiración, y estarán expuestas hasta el 18 de febrero en la galería Raquel Ponce (Alameda, 3, esquina a Huertas).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de enero de 2006