Los 60 niños y niñas de la escuela de Les Parellades en Sant Pere de Ribes, conviven provisionalmente en un espacio cedido por el Ayuntamiento con el ruido de maquinas y camiones, y en el patio sólo una malla metálica los separa de las obras, que no detienen su ritmo. A la vuelta de las vacaciones han visto como las excavadoras les han quitado más de la mitad del patio, pues el Ayuntamiento ha decidido que este es el espacio ideal para una carpa donde se realizará, por ejemplo, el baile de fiesta mayor.
¿No podían esperar hasta que esté construida la nueva escuela, parar las obras en horario lectivo o aumentar las medidas de seguridad en el patio?, ¿tendremos que esperar a ser noticia tras alguna desgracia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de enero de 2006