El Betis quiere levantar cabeza y el partido de esta noche frente al Real Madrid se les antoja a sus profesionales como la mejor oportunidad para mostrarse. El parón navideño parece haberle sentado bien al conjunto verdiblanco, al que, además, se han unido dos jugadores: los brasileños Diego Tardelli y Robert de Pinho. La llegada del primero de ellos causó mucho revuelo en cuanto se supo que llevaba semanas castigado por indisciplina en su club de origen, el São Paulo. Pero ha sido el segundo, cedido por el PSV Eindhoven para lo que queda de esta temporada y la siguiente, el que más ha colaborado a que el Betis parezca otro.
Robert, delantero, de 24 años, estuvo detrás de los goles que se tradujeron en el empate logrado en Mallorca (1-1) y la victoria sobre el Atlético (1-0) en las dos últimas jornadas de la Liga. En ambos casos peleó hasta forzar el fallo de los defensas contrarios. Justamente lo que quiere el técnico verdiblanco, Llorenç Serra Ferrer, para su delantera.
Sobre el terreno, Robert ejerce de 9 de largo recorrido. Se deja caer a las bandas, abre vías para los interiores y presiona la salida de los defensas contrarios. Su estilo ayuda a que Serra Ferrer pueda aplicar el esquema que quiso para este curso y que las bajas de Miguel Ángel y Oliveira le truncaron: dos líneas de tres por delante de la defensa, con Rivera más adelantado.
Robert proviene del PSV, pero el Betis supone su noveno equipo profesional, tras el Coritiba, Botafogo y São Caetano (Brasil), Servette (Suiza), Kawasaki (Japón), Spartak de Moscú (Rusia) y Atlas (México). Un dato: tan sólo en el Coritiba y en el Atlas superó la decena de partidos jugados mientras que sus idas y venidas -el PSV pagó cinco millones de dólares al Atlas- han generado mucho dinero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de enero de 2006