Verónica Carabantes, titular del juzgado número 3 de la localidad madrileña de Valdemoro, se casará el próximo viernes con su novia. Ésta será la primera boda protagonizada por una juez desde que el pasado 30 de junio el Gobierno aprobase la reforma del Código Civil que permite los matrimonios entre personas del mismo sexo. La juez ha querido preservar la identidad de su pareja, según explicaron fuentes judiciales.
Carabantes es responsable en el juzgado de los casos de violencia de género. Además, esta juez abrió diligencias, a instancias de la fiscalía, para investigar las posibles amenazas denunciadas por Rafa Zouhier, confidente de la Guardia Civil e implicado en los atentados del 11-M.
"Hay que tomar esta boda de una juez con normalidad; significa que los matrimonios entre personas del mismo sexo ya están implantados en cualquier sector de la sociedad", afirmó ayer Beatriz Gimeno, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGT). "La ley de matrimonios homosexuales no ha producido ninguna fractura social, como muchos habían predecido. Tan sólo unos pocos jueces se han negado a cumplirla", concluyó Gimeno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de enero de 2006