La propuesta que trasladó ayer el PSOE a los partidos catalanes establece la siguiente definición de Cataluña:
"La identidad singular y la fisonomía colectiva de Cataluña, sus realizaciones y logros sociales y económicos, sus valores y sus instituciones tradicionales, son el producto de una larga y fecunda historia. Forman parte de esa identidad una lengua y una cultura propias, y un deseo de autogobierno, que el pueblo de Cataluña ha reivindicado y defendido siempre.
Esa historia ha sido compartida y hecha en compañía de los otros pueblos de España, a través de distintos regímenes políticos, manifestándose de manera más nítida en los periodos democráticos. La España plural de la Constitución de 1978 y de los Estatutos de Autonomía, inserta en Europa, debe mucho a Cataluña y no es entendible sin la contribución decisiva del pueblo catalán. Coherentemente con todo lo anterior, ciudadanos y ciudadanas catalanes sienten a Cataluña como una nación, y ese sentimiento democrático es plenamente compatible con la pertenencia a un Estado cuya Constitución, en el artículo 2, establece los principios esenciales de unidad y autonomía. Así, Cataluña, de acuerdo con la Constitución y el Estatuto, goza en el Estado español de una posición institucional y política propia, cuya expresión es la histórica institución de la Generalitat y las facultades de autogobierno que le corresponden".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de enero de 2006