Italia retirará sus tropas de Irak antes de fin de año, "a un ritmo gradual y concordado con el gobierno de Bagdad y con los aliados". De un contingente que ahora ronda los 3.000 efectivos, 300 volverán ya la semana próxima, otros mil en junio y el resto entre noviembre y diciembre. "Será la conclusión de una misión coronada por el éxito", dijo ayer el ministro de Defensa, Antonio Martino, al anunciar ante el Senado los plazos para la repatriación de la misión militar.
Martino aseguró que en el actual semestre podría realizarse ya la transferencia a las fuerzas iraquíes de las principales tareas de seguridad en la zona de Nasiriya, zona de acuartelamiento del contingente italiano. Un portavoz del Pentágono declaró en Washington que el anuncio de Martino era esperado y elogió la "actitud resuelta" mantenida "en todo momento por los aliados italianos" en Irak.
La comparecencia parlamentaria del ministro dejó la impresión de que los soldados de la operación Antigua Babilonia no llegarían a retirarse totalmente y que una parte permanecería en Irak bajo una nueva misión. "Estamos en condiciones de asumir la dirección de un futuro equipo de reconstrucción a partir de 2007, en una misión completamente distinta y mayoritariamente civil, aunque con una necesaria dotación militar para garantizar la irrenunciable seguridad de los cooperantes técnicos", indicó el ministro de Defensa.
Antonio Martino, un economista por lo general pragmático y moderado, se decantó ayer por un lenguaje de ardor castrense: "Lo nuestro no será una retirada porque esa palabra no entra en nuestro vocabulario. Lo nuestro será un digno retorno a casa", proclamó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de enero de 2006