La Confederación Hidrográfica del Tajo ha revocado la orden de paralización de un tramo de las obras de soterramiento de la M-30 a su paso por el río Manzanares a la altura del puente de Praga. Esta medida cautelar fue impuesta el pasado martes por el vertido de lodos al cauce del río.
El vertido procedía de un depósito en el que se almacena ventonita de cemento, material que se utiliza para construir las pantallas de soterramiento. Este producto se fabrica en dos máquinas bajo el puente de Praga, pero hay 45 en total a lo largo de toda la autovía M-30.
La Concejalía de Urbanismo, al conocer la paralización decretada por la Confederación Hidrográfica del Tajo, dio orden de que se realizaran las tareas necesarias para cumplir los requisitos impuestos por los técnicos de Medio Ambiente. Una vez que la reparación se ha efectuado, la Confederación dio ayer luz verde para que estas máquinas vuelvan a funcionar. Además de la reparación, el Ayuntamiento de Madrid deberá pagar una multa de 6.000 euros.
El Ayuntamiento tiene, además, tres expedientes sancionadores abiertos. Uno por la construcción de un murete de hormigón en zona de dominio público hidráulico, sin autorización administrativa, y dos por acopio de tierras en el cauce del Manzanares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de enero de 2006