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La secuestrada alemana en Irak llevaba una parte del rescate cuando la liberaron

Susanne Osthoff, la arqueóloga alemana secuestrada en Irak el pasado diciembre, llevaba consigo una parte del rescate pagado por el Gobierno alemán cuando fue liberada, según informó ayer la revista Focus.

Cuando Osthoff usó la ducha de la Embajada alemana, tras su liberación, empleados de la legación encontraron en su ropa un fajo de billetes sujeto con un elástico por valor de varios miles de dólares, sostiene la revista. Agentes de la policía criminal alemana (BKA) comprobaron después que los números de serie de los billetes en poder de Osthoff correspondían con los que había entregado el Gobierno a cambio de su liberación.

Diplomáticos de la Embajada informaron al gabinete de crisis que había gestionado la operación desde Berlín. La respuesta que recibieron del ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, fue la orden de mantener el asunto en "absoluto secreto", añade la revista.

El Gobierno alemán no se deja chantajear, reza la versión oficial, por lo que fuentes oficiales siempre han callado cuando se les preguntaba si se pagó rescate. Sin embargo, se da por hecho que sí hubo rescate en este caso, como en otros recientes.

El extraño comportamiento de Susanne Osthoff desde su liberación ha despertado sospechas sobre su complicidad con los secuestradores. En las primeras entrevistas que dio, su discurso era incoherente y con frecuencia contradictorio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de enero de 2006