Un abogado de Valencia ha aceptado un año y medio de prisión y una inhabilitación profesional de dos años por inventar una sentencia. El letrado, del colegio de Valencia, aceptó el encargo de la empresa Reformas Algemesí de plantear una demanda contra Cortés Rodríguez y Yácer por un impago de 84.141 euros. El abogado, D.R.V., pidió una provisión de fondos de 900 euros. Eso fue en agosto de 1999.
El cliente empezó a preguntar por la progresión del pleito. Como respuesta a su insistencia, dos años después, en 2001, el abogado le entregó una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número cinco de Valencia que supuestamente atendía la reclamación del cliente y disponía que se procediera al embargo. Sin embargo, el fallo judicial era una invención. El abogado no hizo gestión alguna y el cliente perdió además la posibilidad de ejecutar acciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de enero de 2006