No aguardaron a conocer los resultados oficiales de las elecciones celebradas en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, y todo su Gobierno en bloque presentaron ayer por la mañana la dimisión al presidente Mahmud Abbas en su oficina de la Mukata de Ramala, a escasos metros de donde reposan los restos del histórico dirigente Yasir Arafat. Al Fatah ya había admitido su derrota, pero el anuncio precipitado de la renuncia sentó mal a algunos funcionarios de la Comisión Electoral. "No son modos de hacer las cosas", aseguró molesto uno de sus miembros.
Aunque las encuestas daban por vencedor la noche del miércoles a Al Fatah, los dirigentes de este partido ya debían sospechar que los sondeos no respondían a la realidad. Otro de los funcionarios de la comisión, encargado del mantenimiento de los ordenadores en los que se recibieron ayer los datos del escrutinio, aseguraba a este periódico que se detuvo, por orden presidencial, la difusión de los resultados, que en principio se iban a proporcionar paulatinamente desde la misma noche de los comicios. "A mí me retiraron las claves para poder acceder a los datos". La maniobra sólo sirvió para retrasar unas horas el anuncio de la derrota.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de enero de 2006