Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Preservación y gestión del paisaje

No es la primera vez que Carl Steinitz visita la Comunidad Valenciana. Primero lo hizo como estudiante. Era 1960 y estuvo en Calp. Luego, en 2003, fue invitado por la arquitecta paisajista valenciana Arancha Muñoz, que había sido su alumna en la Escuela de Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Harvard, para impartir una conferencia sobre el proyecto piloto del Parque Fluvial del Turia en el que ella trabaja. Ahora ha regresado para visitar la ciudad y su entorno, de nuevo invitado por su ex alumna, que está realizando el Plan de Acción Territorial de la Huerta a instancias de la Consejería de Territorio y definiendo las metodologías de los estudios de paisaje relacionados con el urbanismo.

Steinitz, que ha quedado vinculado al proyecto que desarrolla Muñoz, ha constatado que no existe un equilibrio entre las condiciones naturales de la Comunidad Valenciana y sus requerimientos sociales. Y relata que la forma con la que se trabaja en la Comunidad Valenciana es hacer un planeamiento pensando en cómo crece la parte edificada, y a su entender el proceso tiene que el contrario: proteger un sistema de espacio abierto y a partir de ahí encajar la parte que se pueda edificar.

Razones turísticas

Uno de los aspectos que está trabajando Arancha Muñoz en el plan de la huerta es cómo se gestiona un paisaje después de preservado para que sea productivo, ya que la propia esencia de ese paisaje es la producción. Steinitz explica que en muchos países más ricos, como Suiza y Estados Unidos, la Administración financia la continuidad agrícola por razones turísticas, y cita el caso de Massachusetts con la caída de la hoja, que moviliza a millones de personas para contemplar el acontecimiento. "No se trata de un jardín, sino de agricultura y se le saca provecho a la producción".

Para Steinitz, un criterio muy importante de la protección de la huerta de Valencia, aparte de los históricos, patrimoniales y culturales, es que se preserve la vista en las cinco principales vías de transporte en la zona metropolitana de acceso a la ciudad. "Sólo desde el punto de vista visual debería ser prioritaria su conservación", añade.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 2006