Para el comisario de Energía, Andris Piebalgs, lo que la Unión Europea quiere es "una política energética que asegure la competencia, la sostenibilidad y el aprovisionamiento". Piebalgs, que trabaja ahora en la elaboración del Libro Verde de la Energía que se discutirá en la próxima Cumbre de marzo, lo prioritario es dotar a la Unión Europea de una política energética común. Esta política energética debe combinarse con la Estrategia de Lisboa, que persigue el fomento del crecimiento y el empleo, a través de tres objetivos: primero, lograr que funcione el mercado interior, es decir, que cada ciudadano o empresa pueda elegir el proveedor más barato; en segundo lugar, potenciar al máximo el desarrollo de las energías renovables, lo que supone crear empleo de calidad y reducir la dependencia exterior; y, en tercer lugar, estimular las iniciativas de eficiencia energética que supone, desde mejoras en la construcción de edificios a la producción de vehículos con menos consumo o nuevos sistemas de calefacción. Piebalgs destaca "la creciente importancia de mejorar la eficiencia energética, que puede permitir un ahorro del 20% del consumo total en 2020". En su opinión la situación actual debe ser asumida seriamente o existe el riesgo de "crisis mayores".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 2006