España se limitó a cumplir el trámite en el último partido de la primera fase. Eslovaquia se irá de Basilea sin haber ganado ni un punto y habiendo dejado constancia de su bajo nivel. Aún dando descanso a sus mejores jugadores, el equipo de Juan Carlos Pastor ganó cómodamente. El técnico vallisoletano aprovechó para dar minutos a hombres como el pivote Garabaya, y los laterales Julio Fis y Ion Belaustegui, a quienes va a necesitar seguro en la segunda fase.
"Es difícil jugar estos partidos", confesó Pastor. "Pero nos sirven también para demostrarnos que no hay rivales fáciles y que todo lo que se ha hecho hasta ahora no cuenta para nada: sólo nos vale ganar cada partido". Cuando las motivaciones faltan, hay que buscar incentivos más personales. Ante Eslovaquia, España no se jugaba nada trascendental. Daba lo mismo perder. En cualquier caso iba a pasar a la segunda fase con tres puntos. Pero Pastor quería asegurarse también entrar como primer clasificado de su grupo. Y ese objetivo se consiguió.
ESPAÑA 34 - ESLOVAQUIA 25
España: Hombrados (Barrufet), Rocas (2), Garralda (2), Fis (3), Lozano (1), Davis (2), Rodríguez (4) -equipo inicial-; Entrerríos (2), Garabaya (8), Belaustegui (3), Juancho (1), Juanín (4, 2 de penalti) y Ortega (2).
Eslovaquia: Stoch (Melus), T. Stranovsky (1), Kukucka (2), Jano (2), Tumidalsky (1), Hlavtur, Antl; Zatko (1), Kolesar (6, 1 de p.), Valo, Polakovic (4, 2 de p.), Farkasovsky y M. Stranovsky (8).
Marcador cada cinco minutos: 2-2, 3-2, 6-3, 11-4, 14-8, 15-10 (descanso). 18-14, 21-18, 23-20, 28-22, 30-25 y 34-25.
"Si las televisiones lo permiten [el horario puede cambiarse si lo solicitan], nuestra posición nos permitirá disputar el último partido contra Eslovenia a última hora, sabiendo ya cómo se ha desarrollado todo lo demás", señaló el técnico español. En la segunda fase, España debutará mañana (17.30, La 2) frente a Polonia, seguirá el miércoles frente a Ucrania y concluirá el jueves contra Eslovenia, todos ellos rivales a los que se puede superar.
Ayer, la selección rompió la línea de progresión que había mostrado ante Francia. Sin embargo, no fue un partido significativo. Al margen de asegurar la victoria, se pretendía que jugadores con pocos minutos hasta ahora cogieran confianza. Y se logró. Pero también quedó claro que algunos hombres son fundamentales: sin ellos, el ritmo y el nivel de juego sufre un descenso vertiginoso. "Estoy convencido de que en la segunda fase mejoraremos, aunque será difícil igualar la primera parte ante Francia", concluyó Pastor. "Sufriremos en cada partido, pero si lo hacemos bien el esfuerzo valdrá la pena".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de enero de 2006